Durante la semana de trabajo de campo en Mozambique con el proyecto ADAFARM pude visitar dos proyectos muy interesantes. Uno de ellos lo desarrolla la ONG italiana HELP CODE, que apoya a los agricultores de varios pueblos a adaptarse al cambio climático.
Visité una de sus principales herramientas, que son campos demostrativos en los que los agricultores de la zona, asesorados por la ONG y por los agentes de extensión agraria del gobierno, prueban diferentes variedades de cultivos (por ejemplo de arroz y de maíz), y técnicas de producción (por ejemplo sembrar el arroz en cuadrados cada 30 cm, con un numero controlado de semillas en cada punto, en lugar de sembrarlo a boleo; o por ejemplo técnicas de control de plagas).
En la visita me acompañó Arlindo, el Agronomista de HELP CODE, y nos reunimos con dos grupos de agricultores de dos pueblos distintos.
Los agricultores nos contaron que si sienten mucho el cambio climático:
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En uno de ellos, cultivan arroz porque sus tierras están situadas en la desembocadura del río Incomati, cerca de la costa. Debido a la falta de lluvia de los últimos cinco años en la parte sur de Mozambique, el agua salina del mar cada vez penetra más tierra adentro, y cada vez tienen mayores problemas porque el agua de los pozos y del río es cada vez más salina (problema de intrusión salina).
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En el otro, debido a la sequía de los últimos años, y a que cada vez llueve menos y durante un periodo de tiempo más corto, ya han perdido varias temporadas el cultivo del maíz, y están cambiando la fecha en la que lo siembran.
Durante la semana también pude conocer la Casa Gaiato y la Fundaçao Encontro. En el viaje desde Maputo a Boane, donde se encuentran estas iniciativas, coincidí con la periodista Ana Jiménez, de TVE, que había estado diez días cubriendo el desastre provocado por el Ciclón Idai en el centro de Mozambique (1.000 km al norte de Maputo, donde no se notaron los efectos del ciclón).
Fue muy emocionante escuchar de primera mano todo lo que había visto Ana Jiménez esos días, desde los problemas de agua y electricidad en la ciudad de Beira, que ya se estaban resolviendo; a la situación crítica que están viviendo habitantes de zonas rurales remotas que se encuentran rodeados de agua y aislados, sin acceso a los recursos y servicios más básicos; al esfuerzo de voluntarios españoles que participan en la primera iniciativa del proyecto STAR: un hospital de campaña que puede ser trasladado en pocas horas para situaciones de emergencia.
Me llamó la atención cuando nos contó que la mayoría de las casas construidas con ladrillos, cemento y tejados sólidos habían resistido el ciclón, en comparación con la mayoría de las viviendas y edificios de la zona, que tienen tejados de chapa o de paja. Estos últimos, todos desaparecieron con el ciclón y en parte por eso el 90% de la ciudad de Beira está muy afectada. Este ciclón se ha vinculado también al cambio climático, ya que los ciclones aumentan su intensidad cuando se calienta el agua de los océanos, fenómeno que está ocurriendo en todo el planeta, y que se nota especialmente en las regiones cercanas al Ecuador.
Casa do Gaiato, una Casa de niños, para niños, por niños (Obra de rapazes, para rapazes, pelos rapazes), trabaja para integrar en la sociedad a niños que se han quedado sin una familia normal mediante su cuidado, formación y educación. Fue fundada por el padre José María Ferreira Costa (fallecido en 2016) y Quiteria Paciencia Torres, y ahora funciona gracias al esfuerzo de mucha gente y a diferentes fuentes de financiación. Comenzó en el año 1991, después de que el gobierno Mozambiqueño, ante la falta de capacidad pública y la alta necesidad, invitara al padre José María a montarlo. Hay otras Casas Gaiatos en el mundo que siguen la filosofía de la La Obra da Rua, original del Padre Américo, que comenzó con ella en 1940 en Portugal.
Durante mi visita, fue muy interesante y emocionante ver cómo los propios niños participan mucho en la organización y funcionamiento del centro. Además de cubrirles las necesidades básicas, los niños tienen clases y se les forma en otras actividades, como agricultura, electricidad, mecánica, carpintería, etc., todo ello en instalaciones propias que sirven para generar en torno al 20% de sus alimentos y recursos para el día a día (el resto del presupuesto se cubre a través de ayudas externas y proyectos), lo que me hizo verlo como un mini-pueblo. También vi la importante labor que realiza la Fundaçao Encontro en los pueblos que hay alrededor de Casa Gaiato.
Por ejemplo, me pareció muy interesante la iniciativa de complementar a la educación pública del gobierno: la Fundaçao Encontro gestiona escuelas infantiles de 0 a 5 años (edad a la que empiezan el cole público) con las que se consiguen muchos objetivos al mismo tiempo: se combate la malnutrición de los más pequeños porque se les da desayuno y comida y alimentación suplementaria si la necesitan; se da una formación desde los cero años, lo que sirve para estimular su cerebro en los años en los que más crece y se desarrolla nuestro órgano inteligente; y se facilita a la madres tiempo para poder desarrollar otras actividades, como educación, cuidado de su salud o actividades productivas (cultivar, vender, etc.).
También visité huertas demostrativas, en las que los propios vecinos trabajan y participan para desarrollar viveros de plantas que después puedan usar en sus huertas, y en las que se practican nuevas técnicas de cultivo para mejorar su producción. Actualmente están comenzando un proyecto con semillas locales, para que los agricultores puedan gestionar sus propias semillas y encuentren qué variedades están mejor adaptadas a las nuevas condiciones climáticas que existen actualmente.
Agradezco mucho a todas las personas que me ayudaron, acogieron y acompañaron estos días, y con los que pude conocer iniciativas tan interesantes (Roberta, Micol, Arlindo, Dani, María José, Raúl, Joao, Javier, Quiteria, etc!). Un abrazo y espero que podamos trabajar juntos en el futuro!